¿Cuál es el verdadero significado de feminismo? El verdadero feminismo no es la
caricatura que los medios de comunicación entregan y ni el de las mujeres que han
acaparado la atención del público. Necesitamos poner en claro las cosas.
Primero que nada, el verdadero feminismo abarca a todas las mujeres. No es el producto de
una ideología política. Abarca a mujeres conservadoras y libertarias, así como a las
liberales y a las socialistas. Tiene connotaciones políticas, pero no aquellas que están
siendo promovidas al momento.
El verdadero feminismo abarca a todas las mujeres. No es la propiedad exclusiva de
mujeres blancas de clase media y alta de los Estados Unidos, quienes dictan al resto del
mundo que es lo que significa ser mujer. En vez de eso, lucha por el derecho de las
mujeres de no verse obligadas a someterse a la crueldad por parte de sus esposos o
familiares hombres. Lucha por el derecho de la mujeres a no ser obligadas a cubrir sus
cuerpos con ropajes negros en un clima desértico. Lucha por el derecho de las mujeres a no
someterse a la mutilación genital. Y lucha por el derecho de las mujeres para experimentar
paz y tranquilidad en el hogar y un lugar en la sociedad.
El verdadero feminismo reconoce que somos por naturaleza seres de paz. ¿Por qué las
mujeres tienen dificultad en afirmar sus derechos en primer lugar? Es porque estamos tan
atrincheradas en el espíritu de la paz, como parte esencial de nuestra naturaleza, que
preferimos someternos a causar un confrontación. Es debido a que nos convencen tan
fácilmente que debido a que no somos tan fuertes físicamente o tan agresivas como los
hombres, somos consideradas de alguna forma de segunda clase, y que merecemos cualquier
tratamiento que recibamos. El verdadero feminismo reconoce que las mujeres son vulnerables
a relaciones abusivas y que tenemos una responsabilidad de proteger a nuestras hermanas de
esas relaciones. El verdadero feminismo reconoce que debemos luchar por el bienestar de
los niños, y que una zona de guerra en el hogar es tan perjudicial para ellos como una
zona de guerra lo es para la nación. El verdadero feminismo reconoce que la paz se compra
a un precio, y que debemos estar preparadas a soportar conflictos para asegurarla. El
verdadero feminismo enseña a las mujeres como batallar formas efectivas de
conflicto. El verdadero feminismo reconoce que la eterna vigilancia es el precio de la
libertad.
El verdadero feminismo abarca a toda la gente. No condena a los hombres por no ser
mujeres. No busca su desvinculación política en cuestiones de íntimo interés para las
mujeres. Pero si requiere que los hombres se eleven por encima de su naturaleza más
baja y reserven su agresividad para la defensa de su hogar y de la nación. Y si
requiere que las mujeres demanden esto de ellos. Y requiere que los hombre
reconozcan la naturaleza única de la naturaleza femenina y cesen de demandar que la mujer
se amolde a modelos de sexualidad masculina. Busca ayudar a los hombres a entender de lo
que se trata la sexualidad femenina. La sexualidad femenina no tiene que ver con
relaciones casuales en las cuales el hombre se permite usar el cuerpo de una mujer como
depósito de su semilla. La sexualidad femenina corre tan profundo como un río. Nuestra
sexualidad se extiende más allá de la expresión de sensaciones corporales placenteras. Se
extiende a la expresión de cuidado y la interacción entre madre e hijo. Nuestra habilidad
para formar una unidad entre nosotros y nuestros hijos es fundamental para quienes somos.
Reconoce que la relación donde un humano sostiene a otros totalmente en un abrazo dentro
de su cuerpo es único y algo a ser atesorado, no destruido. El verdadero feminismo es
fuerte. No recurre a la debilidad de un lamento que dice, "Si, el aborto golpea a nuestro
ser más interior, pero no tenemos más remedio, y lo necesitamos." El verdadero feminismo
se resiste a la destrucción de nuestro ser más interior. El verdadero feminismo lucha. El
verdadero feminismo reconoce que el aborto es un insulto mecánico y emocional: una
violación con fríos instrumentos de muerte o con poderosos venenos químicos. El verdadero
feminismo se rebela contra el aborto. Y el verdadero feminismo reconoce el derecho de un
hombre a defender a sus hijos y no busca silenciarlo en la arena política cuando él busca
defender a sus hijos en la legislatura o en la corte. Y un verdadero feminismo reconoce
que los hombres tienen un derecho a defender a todos los niños en todas partes contra el
aborto, incluso como una obligación, y que eso es parte de la esencia de la virilidad.
El verdadero feminismo enseña a las mujeres como dar a luz y como criar a sus hijos.
Muestra que la relación entre la mujer y su hijo nunca termina. Demanda que los niños
respeten a sus madres. Demanda que la sociedad respete a la maternidad. Demanda que la
sociedad se vea obligada a no entrometerse en esa relación de relación de dos en todas las
etapas de la maternidad. El verdadero feminismo apoya el parto natural como un derecho
natural, en el hogar si es posible, pero ciertamente fuera de la tecnología de un hospital
moderno, interrumpiendo en la experiencia del nacimiento. Apoya el derecho de la madre a
mantener a su hijo a su lado en todo momento luego del alumbramiento y a defender a su
hijo de la tecnología de los hospitales modernos. Busca poner a los infantes prematuros en
un ambiente que no sea completamente tecnológico, sino de protección y que ponga el
aspecto del cuidado como el más importante. Busca reformar los hospitales de forma que los
infantes prematuros, así como sus hermanos mayores, estén al lado de su madre en todo
momento.
El verdadero feminismo enseña que tenemos la responsabilidad y el derecho de educar a
nuestros hijos. Esto es el deber más importante, que pertenece tanto a la madre como al
padre. La feminista reconoce que una sociedad que manda que sus hijos sean arrancados de
su hogar paterno y lanzados a la selva antes de sus ojos se abran es enemiga de los niños.
La feminista se rebela contra la encarcelación intermitente e involuntaria de niños por el
crimen de ser jóvenes, en lugares que llamamos con el eufemismo de "escuelas". La
feminista busca educar a las madres y padres para que sean capaces de educar a sus niños.
Las feministas buscan dar a las mujeres permiso para tener y usar su intelecto, y para
desarrollarlo a su máxima capacidad. La feminista busca obligar a la sociedad a reconocer
el intelecto de las mujeres y a valorarlo. La feminista busca una reforma a la sociedad de
tal forma que reconozca que el intelecto de las madres es esencial para el bienestar de la
nación.
El verdadero feminismo enseña que las mujeres no son esclavas del hogar. Nosotras
tenemos nuestra vida. Tenemos nuestras necesidades. Si vamos a ejercer nuestro intelecto,
debemos alimentarlo. No podemos hacerlo al estar encarceladas entre cuatro paredes
haciendo tareas ínfimas para complacer durante todo el dia. Debemos tener acceso a
recursos educativos y artísticos de la comunidad. Debemos tener una industria reformada
tal que las madres puedan participar completamente con sus hijos a su lado. Pero el
verdadero feminismo reconoce que hemos abandonado nuestra responsabilidad con nuestros
hijos. Cuando se permite a un niño crecer indisciplinado, se culpa al niño de tal
conducta. Esto es deshonesto. ¡Ningún niño debe ser encarcelado en una casa o escuela
porque no sabe como actuar civilizadamente! Los niños no se dan cuenta de la esclavitud en
la cual están siendo sumidos. Tampoco se dan cuenta que la sabiduría es importante, y que
ellos deberían buscar sabiduría de aquellos que la tienen. Sus pares no la tienen. El
verdadero feminismo reconoce que el problema de la violencia infantil se sucede porque los
niños no tienen familia, y buscan el amor familiar en los lugares equivocados. Surge
cuando permitimos que los niños formen asociaciones donde el "Señor de las Moscas" está al
mando, y donde los niños se someten al mando del ignorante y del tonto que usa la
violencia para mantener su posición de liderazgo. Y surge cuando abrazamos la idea de que
usar drogas es un crimen sin víctimas. El verdadero feminismo reconoce que ninguna mujer
ni niño es una isla, pero que cuando permitimos a una persona que clama ser un adulto el
envenenar su cuerpo con drogas a la vista de los niños, las campanas doblan por nosotros
y nuestros hijos, y las campanas doblan por la civilización. El verdadero feminismo
reconoce que hay valores que son infinitamente más importante que la auto-indulgencia. Si
como mujeres abrazamos nuestra responsabilidad de domar a los jóvenes, y ayudarlos a
volverse seres humanos decentes, entonces tendremos a nuestro alcance lograr un lugar
integral en la sociedad y el mercado, porque nosotras y nuestros niños seremos bienvenidos
en todos lados. El verdadero feminismo busca crear un mundo en el cual la gente de todas
la edad y de ambos sexos abracen una total responsabilidad por sus acciones.
El verdadero feminismo enseña que las mujeres no somos esclavas de los hombres.
Nuestros cuerpos son nuestra posesión material más preciosa. Solo tenemos un cuerpo.
Merecemos que ese cuerpo sea respetado por los hombres. Esto significa que la violación es
inaceptable. El asalto es inaceptable. Y someterse a playboys es inaceptable. Tenemos el
derecho de un compromiso permanente de parte de un hombre antes de que nos veamos abocadas
a someternos en una relación sexual. Tenemos el derecho de estar libres del fraude del así
llamado "compromiso permanente" que no incluya un matrimonio hasta que la muerte nos
separe. Tenemos el derecho a ser libres del fraude del hombre que nos endulza el oído con
dulces palabras de amor para llevarnos a la cama mientras presume de sus hazañas con sus
amigos a nuestras espaldas. Tenemos el derecho de ser libres de hombres que quieren que
masturbemos sus miembros con nuestros cuerpos porque les da placer y porque ellos nos
pueden embaucar para que lo hagamos. Tenemos el derecho de ser libres de los hombres que
se niegan a reconocer quienes somos como seres sexuales. Y tenemos el derecho de ser
libres del mito de que existe algo semejante al sexo libre. Nuestras emociones son también
nuestras más preciadas posesiones. Tenemos el derecho de estar libres de juegos mentales
emocionales jugados por hombres más agresivo y más engañosos. Tenemos el derecho a la paz
y la tranquilidad en el hogar, libres de tanto del abuso emocional como del físico.
Tenemos el derecho a una fortaleza de paz en la cual criar a nuestros niños. Y tenemos el
derecho a estar libres del control mental que es usado con las mujeres para convencerlas
de que no merecen paz en sus hogares.
El verdadero feminismo enseña que es irrespetuoso para los hombres el permitirles usar
su naturaleza más baja en contra nuestra, y que es irrespetuoso para el hombre el no
esperar que él nos respete. El verdadero feminismo enseña a las jóvenes mujeres como
reconocer a un hombre egocéntrico antes de que nos volvamos envueltas emocionalmente con
él, y como enfrentarnos a tal hombre cuando intente manipularnos o forzarnos a aceptarlo.
El verdadero feminismo reforma la sociedad de forma que las mujeres no busquen relaciones
con hombres egocéntricos para encontrar seguridad financiera. El verdadero feminismo
reforma a la sociedad de forma que los hombres no toleren a los que violan y se
aprovechan del cuerpo y las emociones de las mujeres y usan a las mujeres para
gratificación sexual o esclavas del hogar.
El verdadero feminismo enseña que las mujeres no son esclavas del gobierno. Tenemos el
derecho de retener el fruto de nuestra labor. Tenemos el derecho de reconocer que los
altos impuestos son un insulto a nuestro derecho a poseer lo que por derecho nos
corresponde, lo que ganamos con el esfuerzo de nuestros cuerpos y mentes y el sudor de
nuestra frente. Tenemos una responsabilidad en enseñar a las mujeres que existe una
esclavitud al vernos obligadas a trabajar fuera del hogar debido a la carga de impuestos
en una familia que es demasiado alta para un solo ingreso. Tenemos el derecho a estas
libres de juegos de control que nos convencen de que las dádivas del gobierno son gratis.
Tenemos el derecho de que nos digan que cuando el gobierno entrega dinero, primero debe
meter la mano en nuestros bolsillos, sacarlo de nuestras carteras y pasarlo por una
cernidera, de forma que nos pueda devolver algo de él. El verdadero feminismo reconoce que
es una afrenta a nuestra dignidad el ponernos en una posición económica donde tenemos que
rogarle al gobierno por dinero y soportar la humillación de la burocracia que lo maneja.
El verdadero feminismo rechaza la idea de que las mujeres necesitan al gobierno y que de
alguna manera es noble el robar por terceros a otros que trabajaron duro para producir
riqueza real. Porque eso es lo que en realidad son los "derechos" del gobierno. El
gobierno roba dinero de los productivos por la fuerza y entonces la redistribuye a la
gente que por un motivo u otro no producen riqueza real. El verdadero feminismo
enseña a las mujeres que tienen una obligación de ayudar a otras mujeres a volverse
económicamente independientes, y a crear grupos de organizaciones voluntarias que hagan de
esto una realidad. También tenemos una obligación en usar nuestra creatividad para
determinar las formas más eficientes de ayudar a las mujeres a ser independientes
económicamente. Nuestro objetivo primario debería ser el crear esta independencia tan
rápida y eficientemente como sea posible. El verdadero feminismo reconoce que es
antifeminista el rechazar el macho chauvinista en el hogar solo para abrazarlo en el
Capitolio. Nuestros futuros no deben ser vendidos a hombres con ambiciones políticas que
están dispuestos a prometer ayudar a reducir el atraco tributario solo para comprar votos.
Y el verdadero feminismo reconoce que no hay vergüenz en formar una sociedad igual con un
hombre que está dispuesto a respetar a una mujer y a darle su autonomía y paz en el hogar
de tal forma que puedan decidir juntos cual será el curso más sabio para ayudar a la mujer
a ser económicamente independiente de los demás, pero que sea capaz de alimentar esa
especial relación con sus hijos hasta el máximo punto deseable y necesario. El verdadero
feminismo significa el detener todas las mentiras económicas acera del problema de la
riqueza y la independencia financiera y parar todos los robos a nuestra propiedad en el
nombre del humanitarismo.
El verdadero socialismo es voluntario. Sucede cuando la gente en forma voluntaria se
une para el bien común. El verdadero socialismo no se fuerza sobre los que no lo desean.
El verdadero socialismo no roba y atraca, y no promociona el desarrollo del poder político
que ayudará al gobierno a atracar al pueblo. El socialismo verdadero es un movimiento con
raíces que vienen desde el pueblo, no desde los poderosos. El verdadero socialismo no gana
a través de la violencia y la revolución. Gana al persuadir a mentes libres por propaganda
y no por fuerza bruta y gran hermandad. Si el pueblo que vive en La Granja en Tennessee
puede abrazar el verdadero socialismo sin apalear a otros para someterlos, entonces todos
los verdaderos socialista pueden producir una sociedad socialista a su gusto sin
esclavizar políticamente a aquellos que no están de acuerdo. Como el colapso económico del
imperio Soviético nos ha mostrado tan hábilmente, no habrá reforma permanente y durable en
una sociedad socialista de fuerza bruta y que obliga al disidente a someterse. El
verdadero socialismo confía en el individuo para producir un socialismo voluntario.
Practica lo que predica. Si el socialismo es inevitable, sucederá. Nadie necesita las
matanzas y mutilaciones, o apalear a los indispuestos en una sumisión económica. El
verdadero socialismo abraza la libertad para el individuo tanto para aceptar o rechazar el
verdadero socialismo. El verdadero socialismo es capaz de rendirse a las fuerzas de la
naturaleza y a la sociedad, y a ganar porque es verdadero, y no porque puede esclavizar.
Y el verdadero feminismo abraza al verdadero socialismo.
El verdadero liberalismo encuentra formas de ayudar a los necesitados sin desposeer y
atracar a los productivos. El verdadero liberalismo reconoce que la caridad empieza en el
corazón, y que no podemos esclavizar el corazón en nombre del liberalismo. El verdadero
liberalismo busca poner la responsabilidad de ayudar a los necesitados únicamente en los
que lo abrazan, como una responsabilidad personal, más que buscar el obligar a otros a
ayudar bajo sus términos. El verdadero liberalismo reconoce la bancarrota del concepto de
que debemos hacer como nos dicen, no como ellos lo hacen. El verdadero liberalismo no
permite que los ricos y políticamente poderosos dicten como una persona ayuda a su
prójimo. El verdadero liberalismo crea un clima social donde el rico y políticamente
poderoso considera que es inaceptable el fundar "caridades" que destruyan otras culturas,
sus futuros económicos y a sus hijos nonatos. El verdadero liberalismo respeta a otras
culturas y otras formas. El verdadero liberalismo respeta a los apolíticos y al tercer
mundo lo suficiente para dejarlos en paz. Reconoce que el cambio social debe venir de
dentro. Reconoce que la forma más humanitaria de reducir el crecimiento poblacional es el
incrementar el estándar de vida de la gente. El verdadero liberalismo abraza la unidad de
la familia y crea estructuras sociales que soporten la unidad de la familia. El verdadero
liberalismo no despoja a la familia para proveer a los necesitados. El verdadero
liberalismo reconoce que solo si permitimos que los fuertes permanezcan fuertes no
intimidarlos y despojarlos, podemos reducir la necesidad de los débiles. El verdadero
liberalismo eleva a los necesitados y no derriba a los que se levantan de ese estado. El
verdadero liberalismo permite a la gente marcar su propio curso y no lo dicta a través de
instituciones políticas. No busca el imponer la solución de un hombre blanco en la
comunidad afro-americana, y no permite a los medios de comunicación el evitar debido a sus
puntos de vista políticos a un hombre negro que se postula a la presidencia. El verdadero
liberalismo reconoce todos los derechos, no solo los favoritos de su política liberal. El
verdadero liberalismo reconoce no solo los derechos de las minorías raciales, sino también
los derechos de lo que no están en una minoría racial. Reconoce no solo los derechos de la
gente con una orientación sexual especial, sino también a aquellos que rechazan la
conducta de aquellos que son de una minoría de orientación sexual. El verdadero
liberalismo da una válvula de escape para los que no están de acuerdo. No golpea a los que
no están de acuerdo con leyes y órdenes de las cortes forzándolos a integrarse, a
someterse o asociarse con gente que se conduce de forma inaceptable para ellos. El
verdadero liberalismo sale del camino cuando la gente voluntariamente integra a sus
familias racialmente, tanto a través del matrimonio o por la adopción. El verdadero
liberalismo reconoce que tal acción voluntaria es una revolución, la cual remodela la
sociedad permanentemente, y causa que todos nos olvidemos del racismo a largo plazo. El
verdadero liberalismo reconoce que no se puede legislar un cambio de corazón contra los
que son de un color diferente. El verdadero liberalismo reconoce que el obligar a la gente
con leyes y órdenes de la corte solo crea odio, y que tal solución es responsable del
clima social del cual emerge organizaciones de supremacía racial.
El verdadero liberalismo nos da suficiente espacio para ser nosotros mismos y ser
fuertes e nosotros. El verdadero liberalismo busca dar a todos el privilegio de disfrutar
del espacio y la fuerza. El verdadero liberalismo no nos indispone el uno contra el otro
tanto económica o políticamente, sino que busca más bien el permitir a cada uno el marcar
su curso, liberado de agendas políticas de los poderosos y codiciosos. El verdadero
liberalismo abraza nuestros puntos en común y no busca el fragmentar la sociedad en
ideologías políticas ya que cada uno de nosotros está obligado a defender su propio
patio. El verdadero liberalismo tiene suficiente espacio para todas las filosofías
políticas pero reconoce que obligar a la gente a someterse a una filosofía política
extraña es esclavitud. El verdadero liberalismo busca liberar a la gente de la esclavitud
política. El verdadero liberalismo busca usar la persuasión de las mentes libres por medio
de propaganda para ganar sus corazones a su punto de vista. El verdadero feminismo abraza
al verdadero liberalismo.
El verdadero feminismo valora la tierra. Somos seres materiales. Requerimos de
alimento, vestido, y refugio. Tenemos la capacidad de producir la riqueza necesaria para
proveer a los necesitados. Pero esas necesidades solo pueden ser satisfechas con bienes
materiales que originalmente vienen de la tierra. Necesitamos reconocer que no somos seres
espirituales que podemos divorciarnos de la tierra. Nuestro bienestar está atado a la
tierra y nuestra seguridad depende de nuestra habilidad para aferrarnos a la tierra. Sin
importar cuanto ingreso familiar es producido, todavía necesitamos este lazo. Mucha de la
presión para aceptar el mito de la sobrepoblación viene del hecho de que nuestras raíces
con la tierra han sido cortadas. Nos encontramos metidos en pequeñas cajas donde nuestros
vecinos invaden nuestro espacio personal por la duración del tiempo que pasamos en casa.
Los temperamentos se encienden. La violencia abunda. Nuestras casa no son más lugares
para refugiarnos. No tenemos una sensación dentro de nosotros mismos para nutrir nuestro
interior de paz y tranquilidad. Nunca sabemos cuando la radio del vecino sonará e
interrumpirá nuestra sensación de bienestar y somos lo suficientemente tontos para creer
que el antídoto es el encender nuestros radios tan fuerte que destruye nuestros oídos.
Nuestros antepasados luchaban por el derecho a poseer la tierra en la que vivían.
Obligaron al rey a reconocer su derecho a la propiedad absoluta de la tierra. Hemos
vendido ese derecho de nacimiento por un poco de potaje. Aceptamos de buen gusto impuestos
sobre la tierra, sin reconocer que cuando la tierra es sujeto a tributos, no poseemos la
tierra, el gobierno lo hace. Por que de otra manera consentiríamos cuando la tierra es
tomada sin compensación cuando los impuestos no son pagados o cuando la tierra es regulada
con códigos zonales y de construcción? Nuestras familias son fragmentadas porque nuestras
raíces a la tierra han sido cortadas. Los niños saben que nunca recibirán una herencia de
tierra. Lanzamos a nuestro jóvenes en el mundo sin que sus necesidades materiales estén
satisfechas y cuando nos preguntamos por qué los jóvenes se ven en la disyuntiva entre
paternidad y seguridad financiera. Los niños son forzados como los trabajadores
inmigrantes, a ir donde están los trabajos, ellos se van lejos y la familia es
fragmentada. Entonces cuando hay una necesidad, los niños no recurren a la familia, sino
que recurren al gobierno. La sociedad se ha vuelto contra la sabiduría de nuestros
mayores, y ha marcado su propio curso. De alguna forma encontramos noble el que se exija
a los niños el reinventar la rueda, para descubrir a través del recurso de prueba y error,
sufrimiento emocional y genuina privación, sabias formas de vivir. Permitimos a los niños
el luchar en esta reinvención hasta que ellos tengan sus propios niños, quienes entonces
estarán en situaciones inestables de las cuales no pueden obtener ningún provecho. Cuando
un joven ha desarrollado sabiduría, ya es demasiado viejo para pasarlo a los infantes y no
será respetado o sus consejos serán buscados. Y cuando una mujer que ha destruido el fruto
de su vientre envejece, más que respetarla por su sabiduría, nosotros buscamos una forma
de deshacernos de nuestras propias cargas. Las mujeres son las principales víctimas de la
eutanasia. Si en verdad respetáramos la sabiduría de los matriarcados de nuestra sociedad,
entonces las mujeres rechazarían el aborto. Hemos visto lo que le hace a nuestras
hermanas. Por qué abandonaríamos a otras mujeres a eso? Y por qué deberíamos destruir
nuestro futuro al destruir nuestros jóvenes en la falsa noción de que siempre seremos
poderosos?
Solo podremos restaurar el verdadero feminismo si valoramos la tierra. Debemos
recuperar la tierra del gobierno y dársela a la gente que vive en ella, y quienes producen
la riqueza para comprarla. Debemos aprender formas de proteger a la tierra de la polución
que no es controlada por el control y posesión gubernamental de la tierra. Debemos
aprender formas de defender la belleza prístina de la tierra sin destruir nuestra conexión
a la tierra. Debemos reconocer que mucha de la agenda del movimiento ambientalista incluye
el cortar nuestras raíces con la tierra y ejercer poder abusivo sobre ella. Debemos
reconocer que los mejores protectores de la tierra son los dueños que viven en ella,
quienes quieren un lugar hermoso y limpio en el cual vivir. Debemos dar a la gente el
derecho de proteger su propia tierra de la contaminación y debemos darnos los medios.
Debemos crear estructuras sociales que nos permitan proteger nuestra tierra y su ecología.
Y debemos reconocer el derecho de otros a hacerlo con su propia tierra. Si quiere preserva
una pedazo de la naturaleza, cómprela! No demande que el gobierno destruya la propiedad y
robe la tierra por regulaciones que no entienden la ecología de cada parcela. Debemos
valorar la tierra y debemos mantener nuestras raíces. Si estamos libres para compartir
nuestra tierra con nuestros hijos y traspasarla en un transacción libre de impuestos,
entonces podemos mantener nuestras raíces, y ayudar a preservar a nuestros hijos y
nuestras familias de la destrucción. El verdadero femenismo necesita reexaminar nuestros
estilos de vida y reconocer como hemos abdicado nuestras responsabilidad de proteger
nuestras raíces.
El movimiento feminista se ha vuelto aislacionista. Se trata de salirnos con la nuestra
y que nuestras hermanas se las arreglen como puedan. Nos arrastramos a través de la
industria para volvernos financieramente independientes, y ni siquiera reconocemos que
necesitamos domarnos a nosotras mismas al igual que los hombres deben ser domados. He
buscado en vano por un modelo de conducta. He buscado en vano por una mujer que sepa como
ejercer el poder humanamente. He buscado en vano por una mujer que pueda usar su intelecto
para ser una adecuada gerente de empleados, sin usar juegos mentales emocionales y
conducta irracional para controlarlos. He mirado mientras las mujeres se vuelven
totalmente locas en el mercado laboral y aterrorizan a todos a su alrededor. He visto como
las mujeres mienten y roban a otros en los lugares de trabajo, algunas veces con la ayuda
de las cortes. He visto a mujeres desear la riqueza de otros y tramar y consentir en
litigios para obtener lo que no les pertenece. ¿Por qué no podemos etiquetar este
vergonzoso comportamiento? ¿Por qué no enseñamos a la otra de modo que las bromas acerca
de las jefas no sean nunca más verdad?
¿Por qué no demandamos que los hombres en el lugar de trabajo nos respeten y respeten
nuestra autoridad de forma suficiente que no nos encontremos rindiéndonos a nuestros
impulsos más bajos debido a la frustración? ¿Y por qué somos tan tacañas que no ayudamos a
la otra a levantar una prosperidad material y emocional en vez de esperar que una mujer se
vuelva contra ella misma cuando se embaraza, o abandonarla a la vergüenza de la burocracia
gubernamental y la moral del robo por regulación? ¿Y por qué no formamos comunidades para
ayudar a las otras y nuestras jóvenes, especialmente cuando una mujer es tan desafortunada
como para tener un hijo fuera del lazo matrimonial? ¿Y por qué nos hacemos a un lado
cuando los hombres abusan de sus esposas? ¿Y por qué no nos enseñamos una a la otra artes
marciales, de forma que una mujer pueda defender su honor y el de sus hijos? Y por qué
debemos abandonar a nuestras hermanas al aborto?
¿Por qué en realidad? No vemos la esquizofrenia en la idea que el aborto es un insulto
a nuestro ser interior, pero que tenemos que hacerlo disponible porque las mujeres son
demasiado débiles para luchar por si mismas a la luz del dia a no ser que se les permita
legalmente el abrazar la violencia contra sus hijos? ¿A quién se le ocurrió la idea de que
nuestros hijos nonatos son nuestros enemigos en primer lugar? ¿Quién inventó este concepto
de que para ser leales a nosotras mismas, debemos atacar nuestra sexualidad, nuestros
cuerpos? ¿Quién nos dio un falso sentido de orgullo en la auto-inmolación, en el suicidio
por encargo? ¿Quién es tan estúpido que no reconoce al aborto por la mentira que es?
¿Quién es tan estúpido que permite al movimiento feminista ser manipulado por gente con
una agenda, gente como la que promueve el crecimiento cero de población, por ejemplo? ¿Por
qué permitimos a la gente con una agenda inducirnos a distorsionar y pervertir al
verdadero feminismo en la mente del público?
El verdadero feminismo abarca a toda la gente. Abarca a los jóvenes y viejos, abarca a
todos los niños no nacidos. Abarca a todos las personas discapacitadas. Busca maneras de
subrayar la dignidad, el auto-respeto y la autosuficiencia de los discapacitados. No
abandona a los discapacitados a la vergüenza de robar por regulaciones y negociar con
burocracias deshumanizadoras. El verdadero feminismo abarca a otras culturas y otras
formas de vida. No busca el rehacerlas a nuestra imagen. No busca abandonar a las mujeres
del tercer mundo a los controladores de la población. No busca ayudar en los esfuerzos de
los codiciosos industrialistas para emitir leyes que nos permitan saquear los recursos del
tercer mundo. Busca más bien el pagar el precio justo por la riqueza de esas naciones, en
recursos naturales, personas y productividad. No nos enriquece a expensas de la esclavitud
de aquellos a quienes no vemos. El verdadero feminismo busca formas de ayudar a los niños
del tercer mundo a ser saludables, a recibir una educación y a tener una vida decente. El
verdadero feminismo no abarca el robo por terceros a nosotros mismos para producir esto,
sino que abraza la acción voluntaria que permite un contacto personal entre nosotros y la
gente a quienes ayudamos, ya sea al ayudar a nuestro vecino, o al escribir e intercambiar
fotografias con niños necesitados en un país lejano. El verdadero feminismo respeta a
los otros, y su derecho a la auto-determinación, libres de agencias internacionales que
impongan las agendas de naciones rica en el resto del mundo.
El verdadero feminismo reconoce que somos seres espirituales. Reconoce que tenemos el
derecho a abrazar la verdad religiosa. Reconoce que tenemos el derecho a desarrollar
nuestro intelecto de forma que podamos evaluar los postulados de las ideas religiosas.
Reconoce que tenemos tanto un derecho como una obligación de buscar la verdad. Reconoce
que debemos liberarnos del control mental de las sectas, y que la verdad es un imperativo
que evita la misma idea de adoptar una idea religiosa porque nos hace sentir bien, o
porque la encontramos atractiva emocionalmente. El verdadero feminismo reconoce que no
necesitamos el rehacer el idioma para remover el sexismo de la verdad. El verdadero
feminismo no requiere que abandonemos la búsqueda de la verdad porque de alguna forma nos
sentimos seres de segunda clase si no rehacemos a Dios a nuestra semejanza. El verdadero
fenimismo se enorgullece en la búsqueda de la verdad, y en el desarrollo de la capacidad
intelectual para reconocerla cuando la hallemos. Se enorgullece en ser capaz de evaluar
los postulados de verdad y reconocer y rechazar la insensatez. El verdadero feminismo no
busca el ahogar nuestra sorpresa al observar el universo, y no busca el desmerecer al Ser
que lo creó. El verdadero feminismo no se rinde al sexismo del Darwinismo, ya sea
científico o social. Darwin mismo fue sexista, y el Darwinismo, a través de sus enseñanzas
de la supervivencia del más apto, abraza la agresividad física y la deshumanización de la
gente de acuerdo al color de su piel. El Darwinismo nos enseña que la agresividad es el
valor más alto y promueve una forma de pensamiento que evita que determinemos nuestro
derecho a la paz y tranquilidad en nuestras vidas. Promueve una forma de pensar de que el
más poderoso toma la propiedad de la persona pequeña y la usa para construirse una base
para el poder político. El Darwinismo menosprecia el universo y al Ser quién lo creó. El
verdadero feminismo mira a través de las mentiras y en vez de eso busca aprender la verdad
del universo. El verdadero feminismo abraza nuestro sentido del asombro y repudia los
castillos de naipes científicos. El verdadero feminismo abraza la libre investigación
científica, liberada de las agendas políticas de las instituciones establecidas. El
verdadero feminismo permitiría a Galileo probar que la tierra no es el centro físico del
universo, y el verdadero feminismo permitiría a los modernos Galileos el desafiar los
dogmas científicos sin poner sus carreras en peligro. En suma, el verdadero feminismo gira
acerca de la verdad: espiritual, social y ciéntífica.
De esta forma llamo a una revolución. Debe iniciarse en nuestros corazones y mentes.
Debemos pensar de nuevo el moderno "feminismo". Debemos liberarnos para empezar con
presuposiciones y reconstruirnos en nuestra propia imagen. Debemos desafiar a las mujeres
que controlan poder político para promover sus propias agendas, y que nos dan aborto por
pedido en vez de igualdad, y debemos demandar el derecho a formar nuestras propias
filosofias liberadas de las mujeres poderosas que nos han vendido a una agenda masculina.
Debemos rechazar el liderazgo de mujeres que han se han alienado de sus propios cuerpos y
nos llaman para hacer lo mismo. Llamo a una revolución. Y que esta empiece por mi.
Gracias a la Srta. Karina Vargas por esta traducción.