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Hablar de "Niños deseados" los convierte en objetos lúdicos


Por Sidney Callahan

Quisiera empezar una campaña contra la idea de "niños deseados". La frase es peligrosa para los niños, incluso en dosis pequeñas. La gente que usa la frase en su esfuerzo para controlar el crecimiento de la población o vender programas de planificación familiar tienen buenas intenciones, pero están sembrando las semillas de una sutil destrucción.

La corrupción que se implica es bastante sencilla de ver. Si empezamos a hablar y pensar en un niño como un "niño deseado", no se puede evitar el crear la idea de que los niños existen y tienen el derecho a existir solo porque alguien los quiere. Y ciertamente, la conclusión opuesta también está ante nuestros ojos: si un "niño no es deseado", no tiene derechos.

Es destructivo para la vida familiar siquiera el pensar en estas categorías de niños deseados y no deseados. Usando estas palabras se coloca a los padres en un posición de excesivo poder, incluyendo el poder psicológico.

De alguna forma, el niño se mide por las actitudes de sus padres y se define por los sentimientos de los padres. Normalmente, nosotros deseamos objetos y desearlos o no, implica que somos superiores o al menos que estamos relacionados de una forma unilateral con ellos.

De forma similar, los hombres han "deseado" a las mujeres a través de los tiempos; muchas veces, la posición de una mujer era precaria y se basaba en ser deseada por algún hombre. La mujer no deseada podía se expulsada cuando ya no era un objeto deseable. Ella no tenía una dignidad intrínseca más allá del deseo. Eso es a lo que se refieren las protestas contra ser un objeto sexual.

Bien, hablar de "niños deseados" es hacer de los niños un "objeto lúdico". Cuando quieres uno, lo haces o lo compras, y entonces tiene el derecho a existir como una forma glorificada de propiedad. Y pobre del niño que ya no es deseado, o es imperfecto de alguna forma. Así podríamos preguntar ¿Está satisfecho el señor? Si no, la mercancía se puede devolver, usted sabe.

El punto que quiero aclarar, por cierto, es la vieja idea en nuestra cultura común de que cada humano tiene derechos inviolables y dignidad sin importar nada más. Si eres un judío y no te quieren en la Alemania Nazi, es una vergüenza para Alemania. Si eres negro y no te quieren en el club es un crimen del club. Si eres mujer y no te quieren en tu trabajo, es culpa de ellos. No se puede permitir que los que tienen poder (incluyendo los padres) deseen o no deseen gente a su voluntad.

En la vida familiar, se necesita de forma especial estas ideas únicas de dignidad inviolable y valor intrínseco. Ya que las emociones son tan fuertes y las necesidades de dependencia son tan urgentes, la tentación de evadirse está siempre presente. No siempre nos quedamos porque queremos, o porque deseamos algo o a alguien. El padre viejo, el cónyuge enfermo, el niño necesitado no siempre son deseados. Así que ¿qué importa si tu eres deseado, o si otra gente te quiere? Los seres humanos son seres humanos. Cada individuo tiene sus derechos. La existencia de un niño es un derecho por si mismo.


Comentario Ene- 2000

El concepto de niño deseado tiene aparentemente nobles raíces. Evoca en la mente del público en general una utopía donde todos los niños deseados son adecuadamente cuidados. La idea de que debemos, sin embargo, ser capaces de destruir un niño en particular porque no es deseado, es en realidad la idea que subyace en la promoción de este concepto. Como todas las formas de propaganda, los promotores del término "niño deseado" en realidad dicen una cosa, mientras quieren decir otra, sabiendo bien que quien escucha la frase alcanzará la misma conclusión que se planeó. Esta clase de retórica es usada para mover la opinión pública entre la gente indecisa. Una de las falacias de toda esta campaña es que sea éticamente aceptable el destruir niños que no son deseados, lo que ignora completamente el hecho de que son las personas que no lo desean, y no el niño, quienes tienen una problema de carácter. Esencialmente, castiga al niño por la falla de carácter de su madre.

Fundamentalmente nada ha cambiado desde que Sidney Callahan escribió este artículo casi hace tres décadas. El público general todavía se traga la sutil distorsión que fue originalmente entretejida por los perpetradores de este insidioso término. Este artículo es tan actual hoy en día como lo fue cuando las Feministas por la Vida empezaron a distribuirlo inmediatamente después de su fundación en 1972.

Sidney Callahan reconoció que el concepto de un ser humano no deseado destruye la base misma del feminismo. El feminismo siempre se ha tratado de la lucha por los derechos fundamentales e inalienables de todos los seres humanos, sin importar que tan pequeños e indefensos sean. Históricamente, las feministas buscaban proteger los derechos de los seres humanos menos afortunados antes de empezar a proteger los propios. La misma idea de que una mujer pueda buscar la destrucción de su más indefenso hijo en vez de luchar por su propio derecho a existir en los mismos términos que los poderosos machos, es totalmente antagónico al verdadero feminismo. Las sufragistas se dieron cuenta de esto muy bien, y hablaron con fuerza contra lo que claramente se percibía como la más sutil forma de esclavitud que el mundo jamás haya inventado: la esclavitud que causa que una mujer busque atacarse tanto a si misma como a sus hijos antes que enfrentarse a la injusticia y reclamar sus derechos.

La historia desde entonces ha mostrado que en una sociedad que pone un premio en desear a todos los niños a los que les permite vivir, se pone mucho énfasis en producir el niño perfecto. Lo que parece un movimiento para ayudar a los niños a darse cuenta de todo su potencial, por ejemplo, con métodos educativos intensivos usados por padres con sus infantes y bebés que aún no caminan, más bien se vuelve un acto de creación de una pieza de salón, la cual conseguirá que la gente les dé sus elogios por sus fenomenales capacidades como padres al haber producido a tal joven genio. La idea de que un niño pueda necesitar tales métodos, y que el foco debería ser en proveer a las necesidades del niño, se pierde en cambio. Esto parece una extensión lógica de que todos los niños deberían ser deseados y tener el mejor ambiente posible.

Parece existir algo tan sobresalientemente elitista en toda esta perspectiva. Parece haber un fenómeno peculiar de la mujer "Blanca anglosajona protestante". Como tal, introduce un valor de juicio en las mujeres de color que son incapaces por una razón u otra de proveer el ambiente perfecto y así asignarles el destino de tener que abortar a sus propios hijos por la falla en sus hogares para poder llegar a los estándares "Blanca anglosajona protestante". El hecho de que este estandar invada la psicología de la mujer que no es blanca o rica es convenientemente pasado por alto. Muchas veces, unida a esta carga imposible, está la idea de que si la mujer ha sido llevada a las drogas o a abusar de su cuerpo de alguna otra manera, su hijo estaría mejor muerto. Más seguramente, no querríamos molestarnos en ayudarla a cuidar de su hijo, o tomar esta responsabilidad nosotros mismos.

Esto extiende aún más la creciente práctica de destruir a los niños no nacidos de los cuales se cree que tienen un defecto genéticos. El hecho de todos tenemos al menos cinco genes defectuosos letales cada uno, se pierde en la confusión. Nuestro propio juicio está últimamente de espaldas a nosotros mismos.

El resultado de esto ha sido en la creciente actitud de que si un niño nacerá menos que perfecto y en un ambiente menos que perfecto, el niño está mejor muerto. No podemos escondernos por más tiempo en el subterfugio de que no es realmente un niño lo que se está destruyendo en el aborto, ya que la moderna tecnología ha abierto una ventana en el útero. Al mismo tiempo, algunos padres han hecho un juicio de valor para concluir que ningún niño preferiría el dolor o el displacer al olvido. Lo que ha pasado en realidad, sin embargo, es que muchos padres han racionalizado su propia indisposición a luchar con lo que ellos perciben como incomodidad o dolor emocional, al proyectar al niño sus sentimiento de que el olvido es preferible. Al mismo tiempo, estos padres fallan en reconocer el dolor que están infligiendo deliberadamente a sus hijos en el proceso de consignarlos al olvido. Muchos sienten comodidad en repetirse la idea de que un niño tan pequeño no puede posiblemente sentir el dolor al ser destruido. Tratar de apuntar que los descubrimientos más recientes de la ciencia médica indican lo contrario, no sirve de nada. Lo que pasa es que los padres se convencen a si mismos de que lo que están haciéndoles a sus hijos un favor, pero, ¿si el niñopudiera expresarse por si mismo, él también, escogerían el olvido?

Mientras no puedo evitar sentir compasión por padres con un espíritu tan empobrecido, al mismo tiempo, no puedo condonar su comportamiento. Aún más, tengo que preguntar seriamente si no debiéramos estar más bien buscando el eliminar los defectos morales más que los defectos físicos o mentales. Después de todo, ¿cuánto daño puede hacerle a la sociedad un niño retardado, por ejemplo? Preferiría que nacieran mil niños retardados que una persona con la clase de moral defectuosa de un Hitler, un Stalin o un Mao.

Así, la práctica de destruir a un niño con defectos genéticos por el bien de la sociedad está totalmente vacia de una razón. Niega al niño la dignidad natural a la cual todos los niños tienen derecho. Esto no puede sino minar la causa de la dignidad femenina también.

La historia, especialmente la historia reciente, es esta llena con ejemplos de este tipo de pensamiento. El enlace entre este tipo de natalismo y el prejuicio basado en el sexo o raza es obvio para la persona pensante y sin una agenda personal. Esto ha resultado en un siglo pasado de increíble destrucción masiva de vidas humanas inocentes, para vergüenza del mundo. Abruma la mente la idea de que una persona pensante pueda observar esta historia reciente y concluir que la destrucción masiva de los niños pequeños en el vientre sea nada más que el último en la larga fila de holocaustos.

La misma idea de que el feminismo podría de alguna manera sobrevivir esta forma de pensar es completa y absolutamente irracional.

Pat Goltz

Finalmente, deseo presentar unos mensajes que fue originalmente enviado a lo que se llamó el debate PASS con fecha Diciembre 13 de 1999, por pro-informado:

He escuchado que grupos de apoyo de y para personas con discapacidades están opuestos a los abortos eugenésicos y algunas veces están incluso opuestos a tratamientos que puedan "arreglar" sus "defectos". Un ejemplo son los nuevos tratamientos que pueden dar vista u oído a niños que son ciegos o sordos. Existen personas quienes identifican el deseo de cambiar a esos niños como un prejuicio.

No puedo hablar por aquellos que utilizan el argumento de no interferir los designios de Dios... pero aquí está mi opinión no religiosa:

La tendencia a ver a los niños como "productos" sujetos a "control de calidad" se ha incrementado en nuestra sociedad. La mayor contribución al abuso infantil está en la noción de que los niños son objetos y que el niño merece el abuso debido a alguna falla que aparenta. Un ejemplo es la tendencia de los abusadores de menores a esperar un comportamiento en los niños que no toma en cuenta el desarrollo y las habilidades del niño. Entonces el abusador se excusa de su abuso al castigar al niño por ser "malo". El deseo de controlar puede de hecho interferir con el desarrollo de habilidades paternales positivas como la flexibilidad y la comprensión. Y no olvidemos los accidentes e heridas que pueden ocurrir luego del nacimiento. ¿Cómo los padres podrán satisfacer su idea de que tienen el derecho de tener un "producto perfecto" si su hijo desarrolla problemas más tarde? Existe un peligro real de que este énfasis en el perfeccionismo lleve al infanticidio legalizado. No olvidemos que el Programa Alemán de Eutanasia no empezó con Hitler. Fue un deseo por el "perfeccionismo" que llevó al uso de la primera cámara de gas.

El segundo mensaje fue enviado en Diciembre 12 de 1999 por Anónimo:

¿Niños no deseados = abuso?

A pesar de ser tan común el argumento de que "el aborto previene el abuso infantil", este es el un slogan por el aborto que nunca tuvo sentido para mi. Vemos el abuso marital y nos damos cuenta de que el abusador es quien tiene el problema, en vez de culpar a la víctima por ser una esposa fastidiosa o indeseable. Así que por qué es que se asume que el abuso infantil es culpa del niño por ser "no deseado"?

Más aún, tal como otra persona pro-vida dice en referencia al abuso infantil:

"Aquí apelo al axioma de la "desgracia": Si A es una desgracia, pero B es una desgracia aún peor, entonces A todavía es una desgracia.

Pero para seguir argumentando, digamos que el abuso es una desgracia peor que el aborto. El aborto todavía es una desgracia.

¿Por qué "ninguno de los anteriores" no es una opción en la elección entre la categoría "Abuso o aborto"? No argumentaremos aquí contra la paternidad responsable o la adopción, la cual es una elección altamente responsable para una mujer que no quiere a su bebé.

¿Exactamente como se deduce que una mujer a la que se niega el aborto se comportará como un monstruo con su hijo día y noche o lo golpeará continuamente, o el niño sufrirá por el gobierno o los vecinos, etc.? Escuchamos que las mujeres que abortan no son monstruos, y muchas son buenas, amorosas, sensibles mujeres. No dudamos de esto. Dado que la gente que me dice esto tiende a concordar conmigo en que la gente que abusa de sus niños son monstruos, estoy aún más confundida: ¿cómo una mujer amorosa y sensible a la que se le ha negado el aborto no trataría de evitar golpear a su hijo?

Para continuar con el argumento, sin embargo, supongamos que una mujer amorosa y sensible tiene un aborto, y se vuelve monstruosa y golpea a su hijo. El abuso infantil es absolutamente terrible. Mucha gente acaba con cicatrices físicas y emocionales por este motivo. Mucha de esta gente, sin embargo, no termina suicidándose, lo que indica que ellos, al menos a cierto nivel, prefieren estar vivos que muertos. Y hablando por mi misma, si tu me das la opción: "quieres morir ahora, o potencialmente ser golpeado o asesinado en diez años a partir de ahora?" Yo preferiría disfrutar mis próximos diez años hasta donde pueda. Reemplaza "diez años" con "nueve meses" y mi respuesta es la misma."

Gracias a la Srta. Karina Vargas por esta traducción.




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